Este artículo fue escrito por Megan McCormick, Consultora de Coach Education de Rush Soccer.
Los Webinars, Podcasts y los artículos de la campaña educativa de marzo se centrarán en cómo podemos sentar las bases para las sesiones de entrenamiento que se centran en el jugador. A medida que nuestra comprensión de la enseñanza y el juego continúan evolucionando, reconocemos que el jugador debe ser el personaje principal de la sesión. En mi opinión, esto no tiene por qué implicar dar la vuelta a los métodos de entrenamiento tradicionales. En cambio, creo que comienza con un enfoque diferente de planificación. Hay tres consideraciones sobre el diseño de la sesión que nos vienen a la mente de inmediato para ayudarnos a centrar la atención en el jugador.
Diseño de Actividades con Devolución Intencional:
Parece obvio que el aprendizaje requiere una retroalimentación clara (y precisa). Sabemos que asentimos con la cabeza cuando escuchamos que cuanto más rápido se da la retroalimentación después de una decisión, es más probable que se “pegue”. El primer instinto de muchos entrenadores es comenzar a planificar y considerar los puntos de entrenamiento y la información verbal que darán durante una sesión. Sin embargo, la retroalimentación más consistente e inmediata en una sesión de entrenamiento proviene directamente de las actividades (el juego).
La planificación cuidadosa de la sesión permite al entrenador ajustar cuidadosamente el circuito de retroalimentación de los jugadores, para asegurarse de que la información sea clara, precisa y oportuna, incluso cuando el entrenador no la refuerza verbalmente.
1) ¿Qué comportamientos/acciones estoy tratando de introducir o desarrollar?
a. Si un jugador ejecuta exitosamente una de estas acciones, ¿cómo lo refuerza o 'premia' la actividad?
2) ¿Qué comportamientos o acciones estoy tratando de prevenir o extinguir?
1. Si un jugador hace esto, ¿cómo lo desincentiva o castiga
la actividad?
Un ejemplo rápido es ajustar la posición de los arcos para reforzar las acciones defensivas en espacios amplios. Si los jugadores defienden con eficacia espacios amplios, el oponente tendrá más dificultades para anotar y el equipo defensor tendrá más probabilidades de recuperar el balón (recompensa). Una mala defensa hacia fuera probablemente resultará en goles por parte del oponente (castigo). Nota: jugar para contrarrestar goles también se puede usar para reforzar acciones como cambiar el punto de ataque o crear 2 contra 1 de ancho.
Foco de Atención Externo:
También conocido como señales visuales. Es nuestra responsabilidad como entrenadores asegurarnos de que los jugadores tengan las herramientas para evaluar su propio éxito o fracaso observando el resultado externo. Sin una guía reflexiva, los jugadores pueden confiar únicamente en la puntuación final del juego para juzgar su desempeño. Como entrenadores, estamos constantemente recibiendo muchas señales visuales y, a menudo, las dejamos fuera de nuestra retroalimentación verbal. Tomarse el tiempo para planificar cómo ayudará a los jugadores a estar atentos a las cosas que ve como entrenador puede generar enormes dividendos. "¡Gran presión! ¿Viste cómo el atacante mantuvo la cabeza gacha y no pudo mirar hacia arriba? " podría ser una excelente manera de enseñarle a un jugador joven acerca de las distancias para el defensor que presiona, o “pudo levantar la cabeza y examinar el campo, lo que significa que necesitas cerrar más espacio”. Estas sencillas frases ayudarán al jugador a autoevaluar su acción cada vez que se le pida que ejerza presión. Dos simples preguntas antes del entrenamiento pueden ayudar a asegurarnos de que estamos alineando el enfoque externo de un jugador con el nuestro.
1) ¿Qué acciones o comportamientos estoy tratando de enseñar?
2) ¿Qué cosas específicas puede VER un jugador si lo hace bien? ¿Y si fallan?
Respuesta ante el Fallo:
Es normal que los jugadores tengan problemas en el entrenamiento. De hecho, esperamos bastante fallas a medida que los jugadores se desarrollan. El experto en enseñanza, Doug Lemov, escribe sobre la importancia de anticipar cómo esperamos que las personas fracasen y, lo más importante, planificar la respuesta específica cuando esto suceda. ¿Quién mejor para predecir exactamente cómo lucharán los jugadores que el entrenador que trabaja con ellos todos los días? Esto nos permite hacer una de las cosas más difíciles del coaching: eliminar nuestra respuesta emocional al fracaso. Cuanto más específicos seamos en la planificación anticipada de estos momentos, mejor será el resultado en el fragor de la sesión o el partido.
1) Dado el foco del entrenamiento, ¿qué error o errores específicos debo esperar ver? (Individuales, colectivos, etc)
2) Cuando veo este error específico, ¿cómo debo responder? (punto de vista técnico, ajustar espacio, restricciones, etc)
No deberíamos preguntarnos (y observar) si los jugadores fallarán o cometerán errores. La pregunta más importante que podemos hacernos es: ¿Cuál será mi respuesta específica y decidida cuando los jugadores cometan este error en particular?
Desafortunadamente, no existe una estructura específica (PPP, OLI, Whole-Part-Whole) que garantice una sesión de entrenamiento centrada en el jugador. Asegurarse de que el jugador siempre sea el personaje principal depende de la planificación y ejecución. Afortunadamente, los entrenadores tienen casi el 100% de control de estos dos componentes. Si bien es posible que no nos guste admitirlo, todos sabemos que una ejecución sobresaliente requiere una planificación sobresaliente, entonces, ¿por qué no aceptar el proceso?
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