La semana pasada, Fernando ‘El Profe’ Signorini dialogó con Pablo Toledo, Director de Proyectos Deportivos de Rush Soccer, para discutir las mejores prácticas para organizar y ejecutar la pretemporada de su equipo. 90 minutos de oro. Repasa algunos aspectos destacados a continuación.
Que Fernando 'El Profe' Signorini es uno de los preparadores físicos más reconocidos en el mundo y que es el único entrenador de futbolistas que haya trabajado con Diego Maradona, Lionel Messi, y los únicos entrenadores que lograron ganar la Copa del Mundo con Argentina: César Luis Menotti y Carlos Salvador Bilardo, posiblemente no te sorprenda, pero que no pudiera siquiera definir sus tareas como tal podría ser algo que no hubieras oído antes.
FS – "Yo digo que no soy preparador físico porque ese es un término que se acuñó para el atletismo hace muchísimos años. Y se los podía llamar preparadores físicos porque el único problema, y el principal, para un atleta es lo físico. En cambio el futbolista no tiene un andarivel donde tiene que correr únicamente hacia adelante. No conozco disciplina atlética donde se corra para atrás, para los costados, se gire, pensar si alguien le va a sacar la pelota, etc. En fin, la problemática del futbolista que, además, está muy condicionado por el factor anímico, emocional, sabiendo que si juega mal un partido se tiene que ir afuera. El fútbol es un hecho cultural, arraigado en las clases populares, y la gente te puede transformar en Dios y a los dos minutos mirarte de reojo. Yo no me siento preparador físico porque eso es un reduccionismo, y creo que tenemos que avanzar. En un cuerpo técnico, creo sinceramente, el preparador físico específico es lo menos importante de todo".
PT – Creo que lo que estás diciendo es enorme porque también establece lo básico para entender el deporte. El fútbol no es una disciplina atlética, porque las disciplinas atléticas son cíclicas y el fútbol no lo es, y además, hay un elemento cognitivo que siempre está presente en el fútbol. Como enseñas en la Escuela de Entrenadores de Menotti, 'en las disciplinas atléticas cuando llegas a la línea terminas, en el fútbol cuando recibes el balón vuelves a empezar'.
FS – Ya lo dijo Mourinho: 'Todo lo que se hace sin el elemento cognitivo, no sirve'. Si es todo lineal, si es correr de A a B, de B a C y vuelta, eso puede servir para otros deportes, no digo que no, pero no para el fútbol. El fútbol es capaz de poner de rodillas a todas las teorías que son válidas para otros deportes.
FS – El preparador de futbolistas tiene que saber de preparación física, pero también de fútbol. El fútbol es tan generoso, es la única disciplina que permite que, aunque uno haga todo mal, pueda ganar. Es tan extraño el fútbol que permite que un goleador de raza como Martín Palermo haya sido capaz de errar tres penales en un mismo partido para la Selección Argentina y después hacer un gol de cabeza desde la mitad de cancha.
FS – Estoy absolutamente seguro que lo que hice con Diego lo podría haber hecho cualquiera con conocimientos mínimos. Lo distinto fue la relación, que la mía fue maravillosa. Pero otros podrían haberlo hecho igual o incluso mejor. Porque si yo hubiera entrenado a un 'x' en vez de a Diego, ¿quién me hubiera conocido? Yo a Diego nunca le di un pase gol ni lo ayudé a sacarse una marca de encima. Creo que la mayor influencia fue, en la práctica, hacer todo aquello que él me decía que le venía bien. ¿Por qué? Porque cuando uno tiene que ayudar a alguien, lo primero que tiene que hacer es conocerlo. Porque es mucho más fácil ayudar a quien se conoce.
PT – Fer, estamos atravesando la pretemporada. Muchos de nuestros entrenadores seguramente tienen dudas con esto de arrancar, y qué hacer en el primer mes antes de que arranque la competencia formal. ¿Qué opinión te merece el período de pretemporada?
FS – Yo antes de conocer a César Luis Menotti, que ha sido mi más importante maestro, pensaba como todos, repetía lo que me habían dicho. Si yo sabía que el preparador físico rival hacía que corrieran 8 kilómetros, los hacía correr 9. Todo era un problema de cantidad. Hasta que viajé a Europa, comencé a ver los entrenamientos de Barcelona y vi que no tenía absolutamente nada que ver: eran todos trabajos en el campo, de hecho no tenía pista de atletismo, y eran todos trabajos de fútbol en sus diferentes formas, desde 1v1 y todas las variantes que se pueden hacer. Yo pensaba '¿Y la parte física?', y en realidad la parte física era esa. Los jugadores, con la pelota como objetivo, corrían como bestias. En la pretemporada, lo fundamental, es aprovechar, siempre que el técnico tenga conocimientos, ese lapso para poder aceitar de la mejor manera posible el modelo, el sistema de juego que el entrenador elija. Correr, saltar, todo va incluido, pero lo fundamental es la idea, vamos a entrenar esa idea. Haciendo todo aquello que le permita al equipo interpretar de la mejor manera posible lo que quiere el técnico. Tener por lo menos dos canchas en excelentes condiciones, porque allí vamos a trabajar. El primer trabajo, como un símbolo, tiene que ser con pelota.
PT – Cuando estamos hablando de un chico de 15, 16, 17 años, lo más importante es que aprenda a jugar al fútbol. Cualquiera puede aprender a correr un poco más, pero hacer un pase de 40 metros, aprender conceptos, eso es lo importante. Más si sólo tenemos un par de ratitos a la semana para entrenar.
PT – Sin dudas uno tiene que basarse en el modelo de juego y en la educación del jugador. Pero ¿cómo podríamos condicionar el entrenamiento para perfeccionar una valencia específica?
FS – Todas las valencias fundamentales, que son fuerza y velocidad, es mucho más importante la resistencia a la velocidad y a la fuerza. ¿Por qué? Porque yo tengo a Usain Bolt, que es el hombre más rápido del mundo. Pero si después de cuatro piques se cansa, a mí no me sirve. Prefiero a alguien que pueda hacer 30. Y con la fuerza pasa lo mismo. El fútbol tiene 90 minutos de duración y el sistema emocional va a estar siempre implicado. Para mí, la valencia más importante se trabaja a través de las sensaciones y no del tiempo. Porque además es la mejor y la única manera de poder entrenar a todo el conjunto de manera individual.
PT – Te he visto hacerlo y es fascinante. ¿Podrías darnos un ejemplo?
FS – Por ejemplo, en un trabajo con o sin pelota, yo digo 'vamos a hacer cinco segundos de máxima intensidad con la pelota'. En 5 segundos tienen que desarrollar la máxima velocidad imaginando las situaciones del partido. Y los 5 segundos que le siguen, caminando o haciendo jueguitos. Y tienen que ir permanentemente variando, por ejemplo tirar la pelota larga, y después se frenan. Entonces, yo voy creciendo en el número de repeticiones, y a lo mejor un jugador, cuando llega al umbral del cansancio, el organismo manda un mensaje. Hoy, este es tu límite, pero el tuyo, no el de los demás. Entonces uno se va, los otros siguen, y así hasta el último. ¿Por qué? Porque eso permite que el jugador se conecte íntimamente con sus posibilidades de hoy, que a lo mejor no son las mismas de mañana. Por eso hay que respetar la individualidad.
PT – ¿Y dónde lo ubicarías en la sesión del entrenamiento?
FS – Eso te lo da la experiencia. También hay que ver qué hace el técnico. Siempre es mejor mandarle al entrenador a los jugadores frescos. Empezar a nivelar con trabajos más simples, que tengan que ver con el juego, y cuando haya pasado la primera semana, que es la de mayores riesgos, comenzar con los trabajos más agresivos, pero siempre teniendo en cuenta que lo principal es la práctica de la idea del entrenador. Si hoy el entrenador hizo un trabajo muy cargado, nosotros tenemos que equilibrar eso. Lo único, como sugerencia, 48 horas antes del partido, los niveles de esfuerzo tienen que ser mínimos, porque lo que se puede ganar es muy poco en comparación a lo que se puede perder. Es bastante riesgoso exigir al jugador a los límites, porque un límite significa que hay un punto máximo. A los jugadores hay que prepararlos adecuadamente, racionalmente.
PT – Una pregunta para la cual no tengo respuesta: Esto de testear cosas... ¿Vos usás o recomendás algún Test?
FS – No, ninguno, absolutamente ninguno. ¿Sabés para qué sirven los tests? Para que los suplentes puedan convencer al entrenador que son mejores que los titulares corriendo o levantando pesas. Pero los titulares no le dan importancia. El fútbol es demasiado serio como para hacer un 'Yo-Yo Test'. ¿Para qué sirve?
¡MUCHAS GRACIAS, FERNANDO!
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